Se han perdido por aquí..

lunes, 20 de diciembre de 2010

Lluvia de verano

Recorro el  camino de tierra paseando la vista a mi alrededor.  El camino de sube y baja varias veces, de vez en cuando un arbusto entorpece mi camino pero no me importa, lo salto o lo rodeo y sigo hacia delante. Nada puede interrumpir mi paseo por el monte.
Una fina llovizna me empapa las ropas, pero no me importa; la lluvia me hace sentir vivo, me hace sentir que todavía existo.
No tengo miedo de perderme, tantas veces he recorrido este camino que mis pasos me llevan solos hasta la cabaña casi en ruinas que siempre consideré como mía. La encontramos mis hermanos y yo hace ya tanto…pero ellos se hicieron demasiados adultos y  demasiado ricos como para preocuparse de antiguos recuerdos. Aún así no la he querido compartir con nadie más: ni amigos, ni primos, ni ligues han pisado este suelo.  La mesa  sigue ahí, en el centro de la única habitación de la cabaña con 3 sillas rodeándola, como la última vez. Una fina capa de polvo las recubre, pero da igual, me siento en una silla y apoyo la cabeza en el borde de la mesa. La puerta es casi inexistente y las ventanas están rotas.
¿Acaso importa? Esta sigue siendo mi casa, mi verdadero hogar. Sin padre ni hermanos mayores que te digan que tienes que hacer. Sin libros de tamaños ilegales y sin amigos que te acosen con preguntas sobre tu estado de ánimo.
“Los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de una mano” Me dijo una vez un profesor al que aprecio mucho. Me miré las manos. No eran unas manos bonitas, demasiado grandes, quizás, pero que no podían proteger a nada ni a nadie. Me recorrió un escalofrío. Estaba oscureciendo y había bajado la temperatura y la ropa mojada no ayudaba mucho.  Afortunadamente había dejado de llover. Así que me levanté de la silla y eché un último vistazo a la cabaña. Recorrí con los dedos el borde de la mesa y salí al exterior.
Esa pequeña visita a mi infancia había bastado para poder enfrentarme a la realidad. Pero pasase lo que pasase ese sería mi verdadero hogar. Y  de ahora en adelante me encargaría de limpiarle el polvo.